Lo ignoro, pero entre que son candidatos y manzanas, creo que le deberían tomar la palabra aquellos partidos-ex gobernantes latinoamericanos que buscan la legalización-despenalización de la mariguana.
Porque si la cosa sigue como está, deberíamos crear el Nuevo Partido Verde Mota, o el PAZ, Partido Auténtico de Los Zetas, o la ANUM, Asociación de Narcotraficantes Unidos por México.
Porque si un narco llega a la Presidencia, deberíamos cambiar el nombre de Los Pinos por Residencia Oficial Las Amapolas, ¡mínimo!
Lo cierto es que ayer Juan de Dios Castro, subprocurador de la PGR para derechos humanos, desde Colima aceptó que una parte, aunque mínima, del ¡Ejército! está infiltrada por el narco…
No sé ustedes, pero yo sigo preguntándome: ¿qué tanto sabe el secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, que nosotros ni idea?
Lo digo porque el pasado miércoles, desde París, y en medio de toda esta crisis de inseguridad en todo el país (ash, perdón, sólo en tres estados, Patricia Espinosa dixit), el funcionario justificó que de no ser por la actual lucha contra el narco, quién sabe quién sería el sucesor de su jefe:
—Lo más fácil era dejarlo (al narco), como dice mucha gente, dejarlo en el estatus en el que estaba, y sí te puedo asegurar que el siguiente Presidente de la República sería un narcotraficante.
¿Qué quoi? Desde la Secretaría de Gobernación, Fernando Gómez Mont salió al quite y dijo que lo expresado por Ruiz Mateos es una “preocupación universal”.
Bueh, al menos no salió con que sólo le preocupaba a los gobernadores en Chihuahua, Sinaloa y Baja California.
Lo cierto es que ya van tres declaraciones de personajes del círculo cercanísimo calderonista que alertan del involucramiento del narco en la política. Primero fue JC Mouriño, luego Guillermo Valdés, director del Cisen, y ahora Gerardo Ruiz Mateos. ¿Qué no nos están diciendo?
