jueves, 9 de abril de 2009

Moneros Gringos


DINERO. La triste historia de como se endeuda un país

Enrique Galván Ochoa
Calderón se entrega al FMI
En septiembre de 2000, cuando ya había sido electo Fox para sucederlo, Ernesto Zedillo tuvo la elegancia de pagar anticipadamente –con nuestro dinero– los últimos 3 mil millones de dólares de la deuda con el Fondo Monetario Internacional. También había liquidado por completo el préstamo que recibió de Clinton para que cubriera los famosos tesobonos. No pensaba tanto en el buen crédito del país, sino en el suyo personal. Hacía el papel del buen chico que aspiraba a recibir 10 de calificación y esperaba ser recompensado, como lo ha sido, con innumerables chambas en empresas y organismos internacionales. Transcurrió una década sin que fuera necesario volver a pedir ayuda financiera al FMI ni al gobierno estadunidense, pero, como les decía ayer, el gobierno está operando con déficit, sus inmensos ingresos no le alcanzan para cubrir el despilfarro y la corrupción de la clase política, de suerte que ayer, desde Londres, donde con la sonrisa en la boca se codea con reyes, príncipes, duques y marqueses, el presidente del optimismo anunció que está listo para recibir un préstamo del FMI por 30 mil millones de dólares, y si se puede, hasta por 40 mil. Por su lado, el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, ya tendió la mano para recibir otro de 30 mil millones de la Reserva Federal. ¿Y para qué quieren tamaña fortuna? Su destino inmediato se conoce, seguirán vendiendo dólares a la banca comercial; el destino final, pues ¿quién sabe? Al cabo que, como ya dijo el encargado de la Comisión Nacional Bancaria, Guillermo Babatz, con una mezcla de cinismo y simpleza, no hay control sobre el uso que los bancos les dan. Uno de los orgullos del panismo era que no habían provocado una devaluación. Ya tienen a su López Portillo michoacano. Otro orgullo era que no habían aumentado la deuda externa. ¿Y ahora qué van a decir?
Deuda externa en su máximo histórico
Todavía no se decide quién, si el PAN o el PRI, ha protegido más al narcotráfico, cuando ya se abrió un nuevo concurso: ¿quién ha endeudado más al país? ¿Los gobiernos priístas o los panistas? Tal vez Felipe Calderón será recordado como el presidente que duplicó la deuda externa en un solo día. Hasta hace pocas horas, según datos que aparecen en el portal de Hacienda, el gobierno federal debía 40 mil millones de dólares. Era uno de los orgullos del panismo: la deuda externa había bajado a niveles manejables. Nunca mencionaba, sin embargo, un escondidito: los organismos y empresas paraestatales –Pemex, CFE– adeudan otros 40 mil millones. Con los dos nuevos financiamientos, del Fondo Monetario Internacional –47 mil millones– y de la Reserva Federal de Estados Unidos –30 mil millones–, y los infaltables piquitos, todo suma alrededor de 160 mil millones. En la crisis anterior, la que estalló en la Navidad de 1994 con Ernesto Zedillo, la deuda subió a 152 mil millones. O sea que Calderón, al parecer, ganó un primer lugar: ha llevado la deuda externa a su máximo histórico. Pero, en fin, que Beatriz Paredes y Germán Martínez Cázares usen el ábaco para darnos cifras exactas. En la competencia por el primer lugar en protección al narcotráfico inclusive cabe el empate, ya que no se cuenta con estadísticas, pero en materia de deuda no caben las inexactitudes
El préstamo del FMI podría estar fuera de la ley
Acusarse recíprocamente de proteger el narcotráfico es una salida incómoda pero inofensiva para senadores y diputados priperrepánicos. Buena parte de la opinión pública les concede el empate. Sin embargo, es un pretexto que los salva de tratar asuntos de veras importantes. Uno es el préstamo del Fondo Monetario Internacional por 47 mil millones de dólares, del cual todavía no se dan los detalles. Cuando los tesobonos –el desastre económico de 1994 y el rescate clintoniano del gobierno del doctor Zedillo–, el préstamo fue de 50 mil millones, dato que sirve para establecer la semejanza con la crisis actual. Es urgente que pasando la Semana Mayor la secretaría de Hacienda aclare qué salida halló en la ley para instrumentar el financiamiento, porque, al parecer, se estaría violentando la Ley de Ingresos 2009, aprobada por la Cámara de Diputados. Hacienda solicitó autorización para pedir prestados al exterior solamente 5 mil millones de dólares en todo este año; el gobierno panista se ufanaba de que, al contrario de los priístas, había venido bajando la deuda externa. Sin embargo, el crédito del FMI rebasa considerablemente esa cifra. Posiblemente, como en el caso de Banamex, la Suprema Corte de Hacienda tenga una interpretación particular de la legislación. No sale sobrando que la comparta con los que vamos a pagar tamaña deuda.
Las dudas sobre el préstamo del FMI
Es intrigante el silencio de los partidos políticos y de los líderes de opinión frente al tema del préstamo del Fondo Monetario Internacional. Sin nadie, casi, que lo contradiga, Felipe Calderón salió a ufanarse del blindaje financiero” de 47 mil millones de dólares que no tiene precedentes –dijo– en otras economías en desarrollo en la actualidad y es un reconocimiento al buen manejo de la economía mexicana y de sus finanzas. No comentó algunos aspectos inquietantes: 1) la línea de crédito excede con mucho la autorizada para este año por la Cámara de Diputados. 2) Duplica la deuda externa de 40 mil millones de dólares, sin que haya sido aclarado cómo se pagará. 3) No dio una pista sobre la forma en que será empleada y quién vigilará su manejo. 4) Viene a agregarse a la deuda del Fobaproa por 800 mil millones de pesos. En otras palabras: todavía no salimos del quebranto de la devaluación de 1994, cuando ya caímos en otro agujero. Curiosamente, FC ha jugado un papel protagónico en ambos episodios: en el primero, como presidente del PAN, cuando los tres “no” de su partido –no al Fobaproa, no a la impunidad, no a convertir una deuda privada en deuda pública– fueron convertidos en “sí”. Y ahora, como ocupante de la Presidencia de la República, adquiere otro pesado pasivo. Es un récord para Guinness.

DINERO. Eliot Ness: el resto de la historia

Enrique Galván Ochoa
Los Intocables
Eliot Ness nació en Chicago, hijo de Peter y Emma Ness, panaderos noruegos. Estudió en la Universidad de Chicago, y se graduó en 1925 en derecho y negocios. En 1926, el esposo de su hermana, Alexander Jamie, un agente de la FBI, le aconsejó ingresar al sistema penal. En 1927 Ness se unió al Departamento del Tesoro. Los esfuerzos de Ness y su equipo –Los Intocables– tuvieron fuerte impacto sobre las operaciones de Al Capone. La principal fuente de información para las redadas era la intervención de teléfonos. Ness fue promovido a investigador principal de la Oficina de Prohibición en Chicago y en 1934 en Ohio. Después del final de la ley seca, en 1935, fue nombrado director de Seguridad Pública en la administración local de Cleveland. Ness fracasó en sus intentos por capturar al Asesino de Torso (el primer homicida serial de Estados Unidos), lo que contribuyó a ensombrecer una carrera razonablemente exitosa en Cleveland. Dimitió en 1942, después de un supuesto accidente de coche. Se dice que había conducido bajo la influencia del alcohol. Estuvo casado tres veces, divorciado dos, y tenía sólo un hijo (por adopción). Una pregunta: cuando Obama se refirió a Calderón como el Eliot Ness mexicano, ¿tenía en mente la primera o la segunda parte de su biografía?