lunes, 2 de febrero de 2009

Serpientes y Escaleras. El Universal

29 de enero de 2009
PRD: la corta luna de miel
‘Los Chuchos’ e Izquierda Unida, donde están las corrientes que apoyan a AMLO, volverán a chocar cuando tenga que elegirse al líder de la bancada en San Lázaro
La reciente e inusual imagen de unidad y entendimiento que salió a dar el PRD, cuando sorprendieron a todos con el civilizado reparto que lograron en las candidaturas federales, podría borrarse en unos meses cuando, ya definida la elección parlamentaria, tengan que elegir al coordinador de la próxima bancada perredista en la Cámara de Diputados.
Los Chuchos que encabeza Jesús Ortega y los de Izquierda Unida, donde se aglutinan las corrientes que apoyan a Andrés Manuel López Obrador, volverán a chocar cuando tenga que elegirse al líder del grupo parlamentario en San Lázaro, posición estratégica y codiciada por los dos bloques perredistas.
Nueva Izquierda ya perfila a Jesús Zambrano como su hombre para ser el coordinador de los diputados, pero el gallo de Los Chuchos tendrá enfrente, otra vez, a Alejandro Encinas, el ex jefe de Gobierno e incondicional de AMLO, que ya dice abiertamente que buscará el liderazgo de la bancada, después de que no pudo ser dirigente nacional.
El dirigente perredista Jesús Ortega ha mostrado habilidad y disposición de su corriente para tender puentes y parar las costosas confrontaciones de las tribus perredistas para evitar que afecten más al partido en las próximas elecciones. Pero por encima de esos “puentes” y de los frágiles entendimientos, el jaloneo y las diferencias del grupo de Ortega con los lopezobradoristas se mantiene, por más que Ortega hable hacia afuera de “diferencias superadas”.
Los Chuchos ya cedieron mucho en aras de calmar a López Obrador y evitar la desbandada total del PRD, que había iniciado el tabasqueño con las renuncias de varios de sus cercanos al partido, y es posible que decidan hacer valer su mayoría y hacer a Zambrano el coordinador.
Si se diera, en cambio, una negociación, podría llegar a ocupar el cargo Encinas y así despuntar de una vez como un liderazgo real y con personalidad propia en el PRD; que mucha falta le hace a ese partido para terminar de romper con cacicazgos y caudillismos que le siguen pesando.
Alejandro Encinas necesita tener una personalidad y una fuerza propias, porque hasta el momento ha estado siempre bajo la sombra y el poder de Andrés Manuel López Obrador. Nada hace o deja de hacer Encinas desde que era jefe de Gobierno del DF, y después candidato a la dirigencia nacional, sin consultar primero al “dedito” de AMLO.
El PRD tiene muy pocas figuras nacionales y, en el previsible escenario de una importante reducción del perredismo en la Cámara de Diputados —que podrían pasar de 127 diputados a 70 u 80 en sus mejores cálculos—, los liderazgos y las figuras fuertes serán vitales para que el partido de izquierda mantenga su influencia en el juego de equilibrios del Congreso.
Porque en las votaciones de julio, muy lejos del fuerte impulso que les dio López Obrador en la elección presidencial y que permitió la llegada de tantos perredistas al Congreso, los “cochineros”, los eternos conflictos internos y el mismo lopezobradorismo, hoy convertido en carga negativa, harán que el PRD pierda votos y diputaciones que, así lo indican las encuestas, se transferirán directamente al PRI, que será el que capitalice el retroceso de los amarillos.
Veremos si el positivo entendimiento entre Chuchos y lopezobradoristas alcanza para definir civilizadamente al nuevo coordinador parlamentario o si en unos cuantos meses se acaba la luna de miel y vuelven a tirarse hasta los platos.

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